Sensaciones al volante

Probar los coches como si fueran nuestros.

SsangYong XLV D16T Limited con ADAS

El <b>SsangYong XLV</b> es un SUV familiar con mucho espacio interior, puesto a punto con la mayoría de los asistentes a la conducción disponibles.

El SsangYong XLV es un SUV familiar con mucho espacio interior, puesto a punto con la mayoría de los asistentes a la conducción disponibles.

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El SsangYong XLV no tenía muchos rivales al ofrecer un enorme espacio interior en apenas 4,4 metros de largo por 1,8 metros de ancho y un buen nivel de equipamiento por un precio sin igual. Con la incorporación de los nuevos sistemas de asistencia a la conducción, todavía se distancia más de su competencia, que no es capaz de ofrecer lo mismo por lo que cuesta este modelo. Esta unidad es la gama Limited con el motor Diesel 115 CV automático de 6 relaciones con tracción 4×2.

SsangYong es una de las marcas con muy buena relación precio / producto del mercado y este modelo no es ajeno a esta realidad, como ha quedado patente en esta semana de pruebas del SsangYong XLV diésel automático con SASS.

¿Qué es SASS / ADAS? Es como denominan en la marca coreana al equipamiento de sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS según las siglas inglesas). Estos sistemas no son ninguna novedad porque muchos rivales los equipan, pero lo que es una novedad es que un coche de este precio tenga este equipamiento y dé tanto a cambio como el XLV. Teniendo en cuenta que es un coche que cuesta sin descuentos 26.000€.

Diseño: El Tivoli estirado

La puesta a punto en equipamiento no ha venido acompañada de cambios estéticos, sino que se mantiene invariado desde su lanzamiento. Aunque, una cosa te digo, no necesita cambios estéticos, pues mantiene bien el tipo.

La unidad de pruebas tiene un aspecto muy llamativo con el color rojo metalizado. Las llantas de aleación en dos tonos y los cristales tintados, son detalles que junto a las luces diurnas led y los pilotos traseros también en led para la luz de posición le da un aspecto al coche más caro de lo que en realidad es.

En el frontal encontramos los faros delanteros que son halógenos, su luz es buena y el asistente de luz de carretera funciona tan mal como en coches carísimos. Encontramos un plástico en color negro que une los dos faros delanteros y en medio el logotipo de la marca. Esto hace que el coche parezca más ancho de lo que en realidad es.

En la parte de abajo, encontramos un paragolpes delantero de plástico para darle un toque más todocamino, junto con unas ópticas antinieblas más grandes, casi tan grande como los principales y su luz realmente útil, lo que unido a que la parrilla se encuentre abajo, hacen que el coche parezca ir pegado al suelo.

El nuevo XLV toma como punto de partida la nueva plataforma desarrollada para el Tivoli y añade 20 cm en el voladizo trasero hasta alcanzar los 4,4 m de longitud. Añadir casi un cuarto de metro más a una carrocería sin variar su distancia entre ejes (2,6 metros) y que no acabe pareciendo un “baúl añadido” es complicado.

Sin embargo, los diseñadores del SsangYong XLV han logrado que esa longitud extra quede perfectamente integrada en el diseño del vehículo. La forma de techo flotante que se consigue al romper la continuidad del pilar C, una solución que ya hemos visto en otros modelos como el último Astra o el Lexus RX, contribuye a aligerar la vista lateral del vehículo y, además, le otorga cierto parecido con el Rodius, ya que el gran monovolumen de la marca también opta por esta opción de diseño. 

Antes he mencionado el paragolpes delantero de plástico, pues bien, también son de plástico los bajos y los pasos de rueda, lo que le da un aspecto todocamino a la par que elegante. El gran ancho de las puertas junto con la altura del vehículo permite entrar y salir de él con mucha facilidad. 

Simplificando mucho las cosas, podríamos decir que el XLV es un Tivoli hasta el final de la puerta trasera y a partir de ella añadimos la parte final de un SsangYong Rodius. Para no hacer demasiado pesada la vista trasera, el XLV juega con las formas de las barras del techo, la línea de cintura y los abultados pasos de rueda. El resultado es bueno y el XLV parece mucho más grande de lo que en realidad es (mide poco más o menos lo mismo que un Golf, por ejemplo) y con ese aire SUV que tanto demanda el mercado en la actualidad.

Por último en este apartado, la parte trasera, el gran portón hace que sea fácil meter objetos grandes en el vehículo, pero la faena de que el hueco de la matrícula, esté debajo del portón, es ¿dónde poner la cámara de marcha atrás?, pues sí, la cámara trasera está encima de la matrícula, pero apuntando hacia el suelo. Además, el botón para abrir el portón está al lado de la cámara, por lo que al estar situado tan abajo dificulta abrir el portón.

Interior: Espacioso

Lo primero que sentí nada más recogerlo y abrir la puerta, fue una amplitud enorme para medir 4,44 metros de largo. Además olía a nuevo, tenía 1.000 km únicamente cuando lo recogí y esa sensación es extraordinaria. 

Lo que si me ha llamado la atención es la cantidad de plástico duro que tiene por todo el interior, sobre todo en el salpicadero, no hay ningún plástico blando, esto se debe al interés de la marcar por rebajar costes y de esta manera poder meter más equipamiento

Simplemente he de decir una palabra sobre las plazas delanteras, espaciosas, y es que delante, parece un coche todo terreno, debido a la altura de los asientos tanto del conductor como del acompañante, lo que permite tener una mejor visión sobre el tráfico y de esta manera poder anticiparnos con mayor seguridad. 

Es una faena que los asientos no sean regulables eléctricamente ni calefactables, ni siquiera en opción. Es un extra que yo pagaría sin dudarlo y más ahora que se acerca el invierno.

El volante, tiene regulación en profundidad y en altura, además del detalle de que esté achatado por debajo, lo que nos facilita entrar y salir del coche sin golpearnos, para las personas que nos gusta ir altos, con el volante. Un apunte, os habéis fijado en que en el lateral derecho del volante hay dos espacios sin utilizar, para mi gusto, hay tendrían que haber metido el botón de trip y el set para, para poder manejar la pantalla central en vez de tenerlos que ir a buscar a la parte central.

Es una lástima que no hayan aprovechado que había que poner una nueva tecla (la que activa el sistema de mantenimiento en el carril) en el cuadro del XLV para cambiarlas todas. En vez de pulsadores grandes, tanto el Tivoli como el XLV tienen unos pulsadores pequeños y sobre ellos unos logos enormes, pero acertar a pulsar el correcto es toda una aventura, sobre todo en los mandos de la climatización.

Lo normal es que la ruleta grande sea para cambiar la temperatura, pero no, aquí es para variar la velocidad del ventilador. Si queremos subir o bajar el climatizador tendremos que buscar entre una de decena de teclas idénticas cuál es la correcta. Éste es el punto más negativo del interior del XLV, que puede presumir de ser uno de los más espaciosos del mercado.

Si hay una cosa que me asombra de este coche, es lo bien aprovechado que está la distancia entre ejes, para permitir una distancia entre filas bastante considerable, pero no tanto la anchura. Me explico, si se ponen dos sillas de retención infantil en las plazas laterales traseras, la plaza central queda inutilizada prácticamente.

Además, a diferencia del resto de vehículos del mismo tipo, la banquete no se puede desplazar longitudinalmente, aunque sí se puede regular la inclinación de los respaldos, cosa que viene muy bien para cuando los niños se duermen en sus elevadores. 

Un detalle que no me ha gustado del interior del XLV son los elásticos colocados en los respaldos de los asientos delanteros. Tal vez sean más estéticos que los bolsillos tradicionales, pero, sin duda, mucho menos prácticos.

El maletero de este SsangYong XLV es su gran fuerte, la marca homologa 720 litros sin la rueda de repuesto y contando todo el espacio disponible hasta el techo, no hasta la cortinilla como es habitual.

El piso se puede situar en dos formas, en la foto de arriba, esta colocado de tal manera que al abrir el maletero, quede enrasado con la boca de carga y con los asientos, sin embargo hay una posición mucha más baja para poder cargar objetos grandes o mucho equipaje si nos vamos de viaje. (Os pongo la imagen en la galería).

Un objeto que me ha llamado bastante la atención es el cubre equipajes, que esta hecho de tela, lo que nos obliga a tener cuidado si no queremos romperlo.

En definitiva, el interior del SsangYong XLV es amplio, cómodo y la calidad y ajuste de los materiales está a la altura de lo que uno espera. En el apartado negativo, tenemos que señalar que no cuenta con las soluciones prácticas de otros monovolúmenes más veteranos: banqueta trasera con desplazamiento longitudinal, huecos portaobjetos en el suelo del coche, bandeja en los respaldos de los asientos delanteros… pequeños detalles que para algunos pueden marcar la diferencia.

Motor: Buena respuesta

El motor diésel de 115 CV mueve con suficiente soltura la voluminosa carrocería del XLV gracias a sus buenas cifras de par y la rápida respuesta de su turbo de geometría variable eléctrica en vez de neumática. Lo que hace que cuando queramos adelantar, pisotón a fondo, y en un momento hemos terminado la maniobra de adelantamiento.

Esta unidad equipa una caja de cambios automática fabricada por el mayor especialista mundial, la japonesa Aisin, SsangYong no ha querido asumir riesgos y ha recurrido a una solución fiable y sencilla, con un cambio de 6 marchas y convertidor de par bloqueable. Su respuesta es más que correcta y lo único criticable es, el accionamiento manual de la misma, con una pequeña tecla en lateral del pomo, poco intuitivo, aunque una vez acostumbrado no es del todo incómodo.lo que hace que te pienses dos veces si quieres usar el modo manual de la palanca. Pero eso sí, esto es como todo, hay que acostumbrarse. 

En el lado izquierdo de la columna de dirección tenemos una tecla para modificar la respuesta del cambio y el motor. Tiene 3 programas: normal, power y winter. Sobre todo notaremos las diferencias en la respuesta de cambio, que está más predispuesto a hacer reducciones en el modo Power y en el modo Winter, que evita cualquier brusquedad y usa las marchas más largas posibles para reducir las pérdidas de tracción.

Comportamiento: Para gente viajera

El XLV es un coche diseñado para viajar. En esta semana tuve ocasión de probar la mecánica diesel en acabado Limited. Al margen de las diferencias en cuanto a la mecánica (ya descritas en el apartado anterior), recomiendo claramente la configuración con la llanta de 16 pulgadas y neumáticos 205/60-16, con un comportamiento más noble y mucho más confort a la hora de rodar por zonas con mal asfalto o pasar por las bandas reductoras de velocidad presentes en las ciudades. Y lo más importante para aquellos que no se les den del todo bien aparcar, no arañaras las llantas. 

Me ha gustado mucho el tacto general del XLV. Tiene un rodar agradable, la dirección es suficientemente precisa y la visibilidad es buena. Lo bueno que tiene es que en ciudad se hace más ameno gracias a la buena visibilidad y el cambio automático. Para los más comodones, el XLV tiene una asistencia de la dirección variable y podemos elegir el modo más blando para las maniobras urbanas, lo que hace más llevadero el manejo de este por ciudad.

En autopista es un coche que transmite bastante confianza, pero se lo llevará el viento en cuanto sople de lado. El XLV ofrece mucha superficie lateral y se convierte en una vela cuando el aire sopla de esa manera, obligándonos a sujetar con firmeza el volante.

En carreteras secundarias se nota claramente que el centro de gravedad es alto, con un balanceo considerable y unos tiempos de espera largos que harán que bajemos el ritmo para no zarandear demasiado al resto de pasajeros.

Un apunte, pocas veces os hablo del tacto del freno, pero en este caso, es excepcional, en cuanto tocas el freno, este frena con contundencia y sin miramientos, lo que hace que en un momento de emergencia, seamos capaces de para el coche a tiempo. 

Equipamiento: Mayor que sus rivales

Por fuera sólo los más atentos se darán cuenta de que hay una cámara en la parte superior del parabrisas, la que controla gran parte de los sistemas. No hay logotipos ni nada que “anuncie” que se trata de un tope de gama dotado de los sistemas SASS.

La verdad es que poder contar con estos elementos, unas llantas de aleación de 18 pulgadas, pintura metalizada, control de crucero, dirección de asistencia variable, climatizador bizona, cambio automático, navegador… por algo más de veinte mil euros es algo soprendente y por lo que sin duda SsangYong se llevará bastante clientela que busque una buena relación precio / producto.

El sistema de navegación es de Sygic. Es algo lento de reacciones, pero no va mal. El mayor problema es que la pantalla tiene un marco que cubre algo las esquinas y hace difícil el manejo táctil para determinadas funciones, como por ejemplo iniciar una ruta.

El sistema multimedia es honesto, sin grandes alardes, no funciona mal y lo que echaremos de menos son los pitidos del sensor de aparcamiento, pues sólo contamos con la cámara de marcha atrás y además mal situada y cuando llueve o está sucia no sirve de mucho.

En cuanto a los sistemas de asistencia a la conducción, su funcionamiento es correcto y su manejo muy sencillo. Resulta especialmente llamativo que por este precio se cuente con sistema LKAS. Lo normal en esta horquilla de precios- incluso modelos más claramente más costosos no lo equipan- es que simplemente nos alerten de que estamos rebasando las líneas de la carretera, pero no actúan sobre la dirección como en el XLV, que, además, lo hace con bastante precisión y sin movimientos bruscos. Si programas este en el modo pronto, es capaz de mantenerte en el centro del carril incluso en una curva cerrada, lo que nos permite viajar con un mayor grado de confort y llegar al destino más descansados.

El elemento que no funciona demasiado bien (porque no lo hace en casi ningún coche) es el asistente de luz de carretera. Los principales problemas vienen a la hora de detectar a los camiones que circulan en sentido contrario. Sus luces de gálibo son muy tenues y no son detectadas por la cámara, de modo que no pasa a las luces de cruce hasta que el camión está prácticamente encima, lo que nos obliga a ir pendientes del sistema para evitar deslumbrar a los otros conductores.

El otro aparece cuando nosotros trazamos una curva hacia la derecha. En este caso, el haz de nuestros faros iluminan recto hacia el carril contrario, mientras que el tráfico en sentido contrario enfoca sus faros hacia su cuneta. El resultado es que nosotros les damos de lleno justo cuando ellos no están apuntando a la cámara, que también tarda en detectarlos y en pasar a cruce.

En definitiva, SsangYong ofrece un producto muy bien dotado y, por lo que pide a cambio, el XLV es uno de los coches con la mejor relación precio/producto del mercado. Sin duda se lo recomendaría a cualquiera que quisiera equipamiento y confort por un coste equilibrado, esta unidad con descuentos aplicados se puede quedar en aproximadamente 23.000 €, un precio más que razonable.

Consumos: Más que razonables

Los consumos homologados del XLV no se han cumplido durante la prueba pero las cifras reales no son malas en absoluto. Donde la marca da un consumo urbano de 7 l/100 km, el consumo real en ciudad ha sido de 8,2 l/100 km. El peso del coche se nota en estas situaciones.

En carretera a 100 km/h, la cifra oficial es de sólo 4 l/100 km, mientras que el consumo real en carretera ha sido de 5,5 l/100 km. Sin embargo, en autopista, con el control de crucero fijado a 120 km/h reales, el consumo medio ha sido de 6,5 l/100 km, un buen valor si tenemos en cuenta que a esta velocidad la aerodinámica es un ladrillo y el XLV no es un prodigio contra el viento, precisamente.

Con estos consumos y un depósito de 47 litros de capacidad, es fácil recorrer 700 km sin repostar en el XLV.

Este vehículo cuenta con la etiqueta de la DGT C, la cual en Madrid, nos permite obtener un 10% de descuento a la hora de aparcar dentro del área metropolitana.

En definitiva, es un vehículo que tiene un gran confort de marcha, diseñado para viajar, está a la última tecnológicamente hablando y tiene un diseño actual y agresivo, con un consumo contenido respetando los límites de velocidad y con una muy buena relación precio / equipamiento.

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Diseño
7
Motor
7
Comportamiento
5
Interior
7
Equipamiento
8
Consumo
8

Destacable

  • Relación precio/producto
  • Espacio interior
  • Equipamiento de seguridad
  • Consumo ajustado

Mejorable

  • Estabilidad en situaciones comprometidas
  • Botones de la consola central
  • Ubicación de la cámara trasera