Sensaciones al volante

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Peugeot 508 GT: Viene para quedarse

El <b>Nuevo Peugeot 508</b> viene para quedarse, con el nivel de conducción autónoma 2 y con una nueva carrocería de tipo cupé.

El Nuevo Peugeot 508 viene para quedarse, con el nivel de conducción autónoma 2 y con una nueva carrocería de tipo cupé.

En esta ocasión, os traigo algo muy especial, algo que os puede gustar a muchos de vosotros, el Nuevo Peugeot 508 GT Puretech de 225 CV con cambio automático EAT8.

En esta nueva generación Peugeot ha dado un gran salto de calidad, visible desde el primer vistazo al exterior. Peugeot lleva unos años trabajando en lo que ellos denominan en francés “montée en gamme”, que viene a ser una estrategia para situar sus nuevos modelos un poco más arriba en cuanto a diseño, acabados, equipamiento y prestaciones; En definitiva, más cercanos a lo que entendemos como coches “Premium”, algo en lo que los fabricantes alemanes principalmente están muy bien posicionados.

Por ello, este Nuevo Peugeot 508 es una de las berlinas más atractivas del mercado (por no decir la más atractiva, al menos para mi gusto) y lo bastante seductora como para arrebatar alguna que otra venta al segmento de los SUV. Con un confort de marcha extraordinario y las últimas ayudas a la conducción, podría ser una buena alternativa de compra. ¿Lo comprobamos?.

Diseño: Llamativo

Cuándo llegué a casa, y me vió mi padre aparecer con este coche, me dijo: “parece un coche deportivo” y es que cuando me entregaron las llaves de este coche pensé “vaya chulada“, es increible como Peugeot ha conseguido crear una berlina deportiva, gracias a sus líneas, similares a las de un coupé.

Una de las cosas que me impresionó tanto a mí como a mis familiares y amigos fueron las nuevas luces diurnas que actúan como intermitentes también. No cabe duda de que es una solución que llama la atención, que diferencia estéticamente el modelo, pero lo más importante es que nos hace muy visibles.

El frontal es increíble, sobretodo en este acabado el GT, con ese efecto tridimensional provocado por los cubos cromados de la rejilla. Los faros full led adaptativos, son muy rasgados y tienen una iluminación más que suficiente, además es un tono blanco que hace que la vista no se canse en largos viajes. A los lados del logo de Peugeot vemos dos extraños objetos: uno de ellos es la cámara frontal y el otro es la cámara del sistema de visión nocturna.

Una detalle curioso, es que no disponemos de luces antiniebla delanteras, debido a que no son necesarias porque de alguna forma, los faros full led adaptativos, son capaces de adecuar la luz para no deslumbrar en condiciones de baja visibilidad.

Si el frontal es un acierto redondo, la parte lateral no es menos. No es solo por sus líneas o sus llantas de 19 pulgadas, sino porque, las ventanillas no tienen marco, un recurso muy típico en los coupés, pero no en las berlinas, aunque el nuevo Volkswagen Arteon también recurre a esta solución.

Y ya que me he puesto a hablar de las puertas, las delanteras no tienen crítica posible, pero hay una pega en las traseras, y es la altura para el acceso al interior. Así que viendo esto, le dije a un amigo (más de 1,80 m de altura) que intentará abrochar las sillas de los niños detrás, y lo consiguió, pero cada vez que salía del coche, se daba un cabezazo, por lo que me dijo, que para el día a día podría resultar incómodo. Pero en fín, cosa de las berlinas cupés. Este “problema” se soluciona con la carrocería SW.

Y ya que estamos dispuestos a pagar más de 45.000 € por esta versión GT, queremos que no haya ni un solo ruido en el interior, por lo que Peugeot ha pensado en ello; los acabados son buenos y hay elementos que contribuyen a dar una sensación de solidez a la construcción del 508, como unos tetones que sirven para centrar el cierre de las puertas y minimizar así los ruidos, aunque no tengamos marcos en ellas.

En la gran mayoría de casos, los fabricantes de automóviles ponen más empeño en el frontal y el lateral que en la zaga posterior, pero en este caso no es así. Nos encontramos con unas formas repletas de diseño, y algo tan práctico como el portón (con sistema de manos libres), que queda perfectamente integrado en la silueta del coche.

Un detalle que me enamora de Peugeot es que toda la iluminación exterior es en Led, lo que además de permitirnos una mayor visibilidad, permite que nos vean de lejos. Alguno se preguntará ¿qué son esas formas de los faros traseros? significan las marcas de las garras felinas, que se ocultan tras un cristal ahumado y nos saluda cuando nos acercamos y abrimos las puertas con un llamativo juego de luces.

Cuando le enseñé el coche a mis amigos, me dijeron, “parece un diablo”, y es que este color cuando no le da la luz del sol es más negro que azul, lo que unido a la iluminación total en led, hace que por la noche “parezca un diablo”.

Interior: Confortable a la par que elegante

Cuando abrí la puerta del conductor por primera vez, me quedé atónito de como estaban las cosas orientadas hacia el conductor. Esto hizo que me subiera a él con una rapidez abismal, es un interior muy acogedor, atractivo y hasta cierto punto futurista. Aunque una cosa os digo, cuando lo recogí tenía 5.000 km, y seguía teniendo ese olor a nuevo que tanto gusta.

En esta nueva generación del 508 se incorpora, por primera vez el i-cockpit. Esta idea del i-cockpit mantiene una instrumentación elevada que hace que no sea necesario un head up display y un volante muy pequeño achatado por arriba y por abajo.

La primera impresión del volante, fue que era pequeño, pero en cuanto hice un par de kilómetros con el coche, descubrí que es mucho más cómodo que un volante grande sobre todo a la hora de circular por ciudad y aparcar.

Alguno se preguntará si el i-cockpit es un problema para personas de una estatura baja. Bien pues hicimos una prueba, una persona de 1, 65 metros de alto se puso al volante de esta “nave espacial” y nuestros resultados fueron que no es ningún problema.

El diseño del salpicadero es atractivo, de eso no cabe la menor duda, no hay brillos ni cromados exagerados, pero una tapicería negra, unas molduras decorativas negras, un salpicadero negro junto con el techo y los pilares en negro, acaban por darnos una sensación de baja luminosidad, aunque le otorga un toque de deportividad. Esto se solventa sobre todo por la noche, ya que la iluminación de tipo led en color azul que rodea todo el interior del coche, le sienta estupendamente.

Aunque los materiales tienen muy buen aspecto y tacto, es una pena que en los ajustes no se hayan esmerado un poco más en Peugeot. No hay grillos ni ruidos parásitos, pero hemos encontrado 2 problemas; el primero, utilizan mucho el negro piano, lo que hace que por ejemplo el pomo del cambio que es un elemento de constante uso, si se lleva un anillo, acabe rallado.

El segundo, una tapa que cierra tan mal como la que está junto a la palanca de cambios en un lugar tan visible hace que nuestra percepción de la calidad de fabricación caiga unos puntos.

La instrumentación es prácticamente la misma que nos encontramos en modelos como el 5008 o el 3008, con la posibilidad de elegir entre varios formatos para mostrar la información. Sus gráficos son claros y fáciles de leer.

La mayoría de los mandos están bien distribuidos y son fáciles de manejar, pero luego te encuentras algunos detalles absurdos, como la bandeja bajo la consola central, en la que se encuentran las dos tomas usb y el cargador inalámbrico, completamente inaccesible y en la que pongamos lo que pongamos es fácil que acabe en los pies del conductor en la primera curva.

En esta versión GT se ha buscado mantener una coherencia entre el exterior de estilo gran turismo y el interior. Para ello, esta versión equipa unos asientos que son realmente cómodos, con regulación eléctrica, masaje y 2 memorias para guardar la posición del asiento.

El espacio delantero es bastante amplio, permite que tanto el conductor como el copiloto, puedan estirar las piernas sin molestar a los pasajeros traseros, lo que permite que un conductor de más de 1,80 metros pueda conducir sin problemas.

Es increíble lo que puede llegar a hacer un diseño, las plazas traseras son muy cómodas y hay más espacio para las cabezas de lo que su diseño deportivo nos sugiere. El espacio para las piernas también es correcto y la peor nota, como es costumbre, es para la cota de anchura, insuficiente para que tres adultos puedan viajar sin sentirse apretados, pero en fin … cosas de las berlinas. Si vamos a usar las 5 plazas de forma permanente, mejor comprarse otro modelo como el 5008.

Como detalle, las plazas traseras cuentan con dos tomas de ventilación y abajo de esa consola central se encuentran 2 tomas usb para que los pasajeros de las plazas traseras puedan cargar sus dispositivos. Aunque eso sí, en este acabado, con los cristales traseros tan oscurecidos, la sensación de luminosidad en las plazas traseras disminuye, pero tampoco es una cosa exagerada.

El maletero es amplio con formas muy aprovechables y con una capacidad de 487 litros. La cortinilla está adosada al portón, de modo que no necesitamos manipularla para meter o sacar cosas del maletero. Este maletero es ancho y bastante profundo, pero poco alto debido precisamente a la poca altura general del coche. Si necesitamos más espacio, podemos abatir los respaldos traseros, algo que se hace de manera sencilla desde el habitáculo, obteniendo de esta manera 1.537 litros.

En el maletero, disponemos de argollas para sujetar la carga, una toma de 12 voltios, por si queremos llevar algún objeto, como una nevera para pasar el día fuera con la familia, además de un altavoz.

Bajo la alfombrilla del maletero tenemos una rueda de repuesto de emergencia y las herramientas necesarias para su cambio.

Motor: Potente y eficiente

En esta ocasión, el gran corazón de este 508 GT es el 1.6 PureTech 225 CV. Estos nuevos motores PureTech rinden mucho más que aquellos motores de 3.0 litros de embriagador sonido y tacto. Con esta nueva tecnología PureTech, Peugeot abandona los THP.

El motor de gasolina se nota potente y empuja desde muy abajo, de forma lineal y elástica hasta cerca de las 6.000 revoluciones. Es un motor acorde con la filosofía del coche: nada radical en su respuesta y muy agradable para un uso general. El 508 no es una berlina con filosofía deportiva, ni tan sólo en esta versión GT, aunque sus 225 CV no sean poca cosa.

La única transmisión posible es el nuevo cambio de convertidor de par y 8 relaciones de desarrollos largos EAT8. Aunque la transmisión es bastante rápida en comparación con otros cambios de convertidor de par, he notado algún pequeño tirón al pasar de segunda a primera y viceversa, antes de que el start and stop entre en acción.

Dispone de varios modos de conducción (Manual, Sport, Normal, Comfort y Eco). Digo esto porque el modo manual me ha gustado bastante, y muchos os preguntareis ¿Cómo se cambian las marchas? ¿Dónde está el modo manual para cambiar las marchas con la “palanca”?

Como podéis observar en la fotografía, el pomo del cambio no lleva un modo M o Manual, entonces ¿Cómo se activa? Se hace desde el selector de modos de conducción, situado delante del selector de marchas, en cuanto seleccionas el modo Manual, las marchas las empiezas a controlar tu desde las levas situadas en el eje de dirección tras el volante, lo que hace que no se muevan con el volante.

Aunque voy a ponerle una pega muy pequeña a las levas. Muchas personas me han comentado que son un tanto pequeñas, ya que solo ocupan la mitad superior.

En carretera de montaña cuesta a veces encontrar la marcha adecuada, con el inconveniente de que el cambio manual no limita el paso a una marcha superior al llegar al punto de cambio, 6.200 rpm en este caso, 200 más que en modo Automático.

En la mayoría de las ocasiones he acabado por ir modificando la velocidad a la que puedes moverte entre curvas para evitar que, justo en los últimos metros antes de girar el volante, acabe pasando a una marcha superior, obligándote a actuar rápidamente sobre las levas para volver a recuperar esa marcha pérdida que deja al motor sin esa espontaneidad con la que se mueve a altas vueltas, algo que no siempre consigues al ser un cambio bastante conservador en reducción.

La capacidad de aceleración es bastante buena y en carretera o a ritmos menos exigentes, donde la transmisión pasa a un segundo plano, no son pocos los beneficios de este conjunto mecánico: suavidad de marcha, refinamiento, agrado de uso y, por encima de todo, muy buena economía de consumo.

Comportamiento: Diseñado para devorar kilómetros

Aunque este 508 lleve el apellido GT, los ingenieros se han esperado en el confort, y me parece un gran acierto, sobre todo porque no implica que sea un coche torpe. Pese a que en este modelo las suspensiones buscan el confort por encima de todo, su respuesta al límite es muy segura y su conducción es agradable en todo momento.

En ciudad resulta definitivo el confort y la facilidad de uso que aporta la caja de cambios automática. La única pega que le podemos poner a la hora de movernos en el tráfico urbano es la escasa visibilidad a través de sus cristales, pero tenemos unos buenos retrovisores, así que tampoco es algo imperdonable.

Si hay algo en este apartado que me llama la atención, es el silencio que se produce dentro del habitáculo, a 120 km/h constantes, simplemente increible. Empiezas a escuchar el motor a partir de las 2.500 – 3.000 rpm.

En carreteras nacionales y secundarias es una delicia comprobar lo bien que trabajan las suspensiones, que mantienen el contacto de las ruedas con el asfalto en todo momento, aunque éste esté ondulado o agrietado. Mientras que otros rivales recurren a tarados muy rígidos de amortiguación que provocan rebotes y al final acaban generando pérdidas de adherencia, este 508 va mucho más atado al suelo, y eso que los neumáticos de perfil bajo (235/40-19) y las enormes llantas no se lo ponen fácil.

La dirección es muy buena y en apenas 3 vueltas de volante entre topes las ruedas giran una barbaridad. Esto, además de facilitar mucho las maniobras, contribuye a mejorar la agilidad del eje delantero.

El chasis es bastante reactivo a nuestras demandas y nos ayudará a redondear los giros si jugamos un poco con los pesos y descargamos un poco la zaga, todo de forma muy progresiva, natural y segura.

En autopista es todavía mejor. En curva rápida se siente muy seguro, algo a lo que ayuda su generosa distancia entre ejes y los cortos voladizos. El viento lateral apenas le afecta y, con una caja de cambios de 8 marchas, el motor puede ir girando a un régimen muy tranquilo con unos consumos bajos y sin apenas ruido.

En definitiva, el Peugeot 508 hace gala de un comportamiento dinámico muy bueno. Es cómodo, fácil de conducir, agradable de llevar y, sobre todo, de reacciones muy seguras y predecibles.

Equipamiento: Merece la pena el acabado GT

El Peugeot 508 es un modelo recién lanzado al mercado y eso se nota en su equipamiento, que está a la última. La unidad probada, con el acabado GT y extras, se va hasta los 47.421 euros.

En materia de seguridad activa cuenta con todos los gadgets de última generación, como el asistente de mantenimiento en el carril, el control de crucero adaptativo, asistente de luz de carretera, alerta de fatiga, alerta de colisión… no le falta nada.

El asistente de aparcamiento es muy completo y permite que el 508 “aparque solo” tanto en batería como en hilera, con un buen funcionamiento y precisión. Me llama la atención que el sistema de visión 360º se ahorre las cámaras de los retrovisores y utilice la cámara trasera y la delantera para ir escaneando la zona en la que estamos maniobrando. No me parece buena idea. Sí, te ahorras mucho dinero y abaratas al cliente unos retrovisores que, cuando tenga que cambiarlos por un golpe en un aparcamiento, cuestan una pasta si llevan la cámara, pero en ese ahorro eliminas, por ejemplo, la posibilidad de detectar a un peatón o a un perro que se acerque alrededor del coche mientras maniobras.

Puede que a muchos les parezca “demasiado dinero por un Peugeot”, pero por esta suma tenemos un coche que no es peor que sus rivales alemanes, si no todo lo contrario, tiene un diseño más atractivo y está mejor equipado. Incluso se permite el lujo de ofrecer elementos que no están disponibles ni como opción en sus principales contrincantes, como el sistema de visión nocturna, que es increíble, nos permite poder ver mejor obstaculos (animales y peatones) sobre todo en carreteras secundarias sin iluminación.

Fijaros en una cosa, hay un volante gris a la derecha del 0, ese volante, cuando circulamos y activamos el control de crucero adaptativo, y el asistente de cambio involuntario de carril, se pone en verde. ¿Eso que significa? Significa que el coche mantiene la velocidad con el vehículo que le precede y además es capaz de ir girando el volante para no salirse del carril. Esto hace que la conducción sea más relajada.

También en el apartado multimedia está bien dotado. La pantalla táctil es de buenas dimensiones y mucho más rápida que en otros modelos del grupo. Por supuesto, es compatible con Apple Car Play y Android Auto y dispone de varias aplicaciones. El sistema de audio Focus tiene una calidad de sonido elevada.

Por ponerle un pero, echo de menos que estén disponibles los asientos delanteros calefactados y ventilados como en su hermano el Opel Insignia Grand Sport (solo son calefactados). Esta tapicería es muy agradable al tacto y los asientos son comodísimos, pero en verano son un horno y sería maravilloso no bajarse del coche con la espalda chorreando sudor.

Un apunte, ahora que tenéis una imagen de la pantalla arriba, fijaros en los “botones” de los asientos calefactados por ejemplo, en esa zona. Peugeot ha sabido atinar en este aspecto, para saber si hemos pulsado la tecla o no, además de encenderse la luz correspondiente, emite un pequeño sonido equivalente al de una pulsación física, para que sepamos que hemos presionado ese botón.

Consumo: Sorprendente

Los consumos homologados por la marca, son: ciudad 7,5 l/100 kmconsumo en autovías: 4,6 l/100 km y cuyo consumo medio es de: 5,7 l/100 km.

Este motor es poco ruidoso y refinado lo que hace que siempre vaya en un régimen bajo de revoluciones y por lo tanto consuma menos. Aún así, los consumos homologados, tienen algo que ver con los reales. Durante nuestra prueba, hicimos una media de 6,4 l/100 km pero esto tiene su truco ya que la gran mayoría de los kilómetros recorridos fueron en autopista, ya que este es un coche diseñado para devorar kilómetros. Sin embargo, en ciudad, el consumo se elevó a 7,5 l/100 km algo más que razonable para este coche. En autopista a velocidades legales, conseguimos una media de 5,5 l/100 km.

Este vehículo cuenta con la etiqueta de la DGT C, la cual en Madrid, nos permite obtener un 10% de descuento a la hora de aparcar dentro del área metropolitana.

En definitiva, es un vehículo que está diseñado para devorar los kilómetros, tiene un diseño llamativo y con un consumo bastante contenido. 

Diseño
9
Motor
7
Comportamiento
8
Interior
7
Equipamiento
8
Consumo
8

Destacable

  • Diseño atractivo
  • Confort de viaje
  • Buen rendimiento

Mejorable

  • Interior demasiado oscuro
  • Detalles poco prácticos
  • Ajuste de algunos elementos