Sensaciones al volante

Probar los coches como si fueran nuestros.

SsangYong Tivoli GLP 2019

El <b>SsangYong Tivoli propulsado por GLP</b> es una buena opción debido a su gran espacio interior, el ahorro de combustible y a la etiqueta ECO de la DGT.

El SsangYong Tivoli propulsado por GLP es una buena opción debido a su gran espacio interior, el ahorro de combustible y a la etiqueta ECO de la DGT.

En lo que va de año de vida de este medio, he tenido la oportunidad de probar en dos ocasiones dos modelos distintos equipados con GLP. En concreto, primero fue el Opel Mokka X y después el Subaru XV.

Hay dos formas de tener un coche propulsado por GLP, la primera es que venga instalado desde la producción, como es el caso de Opel Mokka X, y la segunda es una vez fabricado el coche, hacer la modificación, como es el caso del Subaru XV y de este, el Ssangyong Tivoli.

En este caso, la marca me cedió durante una semana el Ssangyong Tivoli G16 Limited 4×2 con un cambio manual de 6 relaciones. Además, este vehículo cuenta con una gran ventaja, la etiqueta ECO.

Tiene un diseño compacto y muy personalizable

El SsangYong Tivoli es un compacto que mide 4,2 m de largo y lo curioso es que por dentro no lo aparenta para nada. Eso sí, el diseño del SsangYong Tivoli no pasa desapercibido y por norma general suele gustar bastante. He de reconocer que es un coche pintón

En el caso de esta unidad de pruebas, equipa la pintura Silent Silver. Esta opción tiene la carrocería bitono, en gris con el techo en negro. Pero… además se pueden poner el techo en diversos colores (rosa, verde, gris y azul) a juego con diversos vinilos a lo largo de la carrocería.

El frontal está dominado por las grandes ópticas, que le restan protagonismo a la parrilla, de discreto tamaño. Eso si, son luces de xenón que emiten un haz de luz amarillo. Se agradecería que fueran de led o al menos xenón con haz de luz azul, para mejorar la visibilidad, aunque de por sí no es mala.

En la parte de abajo, encontramos un paragolpes delantero de plástico para darle un aspecto más a todocamino, junto con unas opticas antinieblas más grandes, casi tan grande como los principales y su luz realmente útil, aunque sean halógenas, lo que unido a que la parrilla se encuentre abajo, hacen que el coche parezca ir pegado al suelo.

En cualquier caso, el vehículo dispone de un morro contundente y, sobre todo, con rasgos específicos que lo hacen bastante reconocible desde la distancia, como la fina parrilla que une las ópticas delanteras.

Este SUV urbano mantiene las unas medidas similares a la generación del 2015, mide 4,20 metros de largo, 1,80 de ancho y 1,59 de alto (10 mm más bajo). Pero ¡OJO! que por dentro engaña bastante, es más grande de lo que aparenta. 

Estas medidas nos van a permitir tener un buen ángulo de apertura para las puertas, con lo cual, tendremos un acceso cómodo al interior

Además, estas llantas en negro son francamente atractivas. Para quien le interese, el Tivoli equipa neumáticos 215/45 R18.

En la parte trasera, lo que más se hace notar es el gran portón del maletero, lo que nos facilitará meter objetos grandes en el vehículo. Pero… al igual que en su hermano mayor, el SsangYong XLV, la cámara trasera está apuntando levemente hacia el suelo, lo que dificulta su uso. 

El interior es más grande de lo que aparenta 

Lo primero que sentí nada más recogerlo y abrir la puerta, fue la misma sensación que en su hermano mayor, el Ssangyong XLV, una amplitud enorme para medir 4,2 metros de largo. Además olía a nuevo, tenía menos de 1.000 km cuando lo recogí y ese golpe de olor a nuevo es extraordinario. 

Eso sí, me ha llamado la atención la cantidad de plástico duro que tiene por todo el interior, sobre todo en el salpicadero, no hay ningún plástico blando, esto se debe al interés de la marca por rebajar costes y de esta manera poder meter más equipamiento.

El volante tiene regulación en profundidad y en altura, además, está achatado por debajo, lo que a mi gusto, me parece bien ya que me facilita entrar y salir del coche.

Este interior llama la atención por lo bien aprovechado que está el espacio, y eso se nota sobre todo en las plazas delanteras. Estas son espaciosas, recogen bien los laterales del cuerpo (por no decir que el cuerpo no se mueve) y son altas, lo que nos va a dar una sensación de ir en un todo terreno. Los asientos no son regulables eléctricamente ni tampoco calefactables, ni siquiera en opción.

La disposición de los mandos es correcta, aunque no me convencen los del climatizador, con una ruleta enorme para regular el ventilador (cuando normalmente este mando en casi todas las marcas es para la temperatura) y unas teclas muy pequeñas y difíciles de identificar; son idénticas a la vista y al tacto y sus iconos no se ven si no apartamos un rato la vista de la calzada, lo cual es un riesgo.

Eso sí, hay bastantes huecos en los que dejar las cosas, aunque algunos son inútiles, como el que hay frente al copiloto. Esta oquedad carece de ningún relieve que recoja el objeto que dejemos en ella, por lo que acabará en el suelo o saltando por la ventanilla a la mínima

La sensación de espacio que tenemos en las plazas delanteras, también la tenemos en las plazas traseras. La distancia entre filas es considerable , lo que nos permitirá no golpear en ningún momento con las rodillas (incluso en la plaza central). Sin embargo, en lo referente a la anchura las cosas cambian. Me explico, si se ponen dos sillas de retención infantil en las plazas laterales traseras, la plaza central queda inutilizada prácticamente.

La banqueta no es regulable de forma longitudinal, pero si se puede regular la inclinación de los respaldos, cosa que viene muy bien, si los pasajeros traseros se quieren echar una “siesta”.

Un detalle que no me gustó del interior del XLV y que también tiene el Tívoli, son los elásticos colocados en los respaldos de los asientos delanteros. Tal vez sean más estéticos que los bolsillos tradicionales, pero, sin duda, mucho menos prácticos.

El maletero cuenta con una capacidad de 423 litros, pero eso sí, hay que tener en cuenta que no disponemos (en esta versión de GLP) de un doble fondo, debido a que en el hueco de la rueda de repuesto, va el depósito de gas. Al no equipar rueda de repuesto, equipa un kit antipinchazos.

Si necesitamos más espacio, podemos abatir los respaldos, que dejan un suelo plano y con un buen umbral de carga. Además de una toma de corriente.

Llegó la hora de ponerse en marcha

A la hora de ponernos en marcha, lo que vemos es que, en el túnel central y junto a la palanca de cambios, nos encontramos un botón con el que podemos seleccionar si queremos hacer uso del depósito de gasolina (de 47 litros) o del de GLP, con aproximadamente 40 kilos de capacidad.

En el panel de instrumentos, vamos a poder hacer una lectura de la autonomía y del nivel de gasolina restante, pero, en el caso del AutoGas, hay que guiarse por lo que indiquen las marcas luminosas del botón que he mencionado antes.

Al arrancar con el motor en frío, la mecánica empezará a alimentarse de gasolina y, una vez que se ha alcanzado la temperatura requerida, el motor empezará a agotar únicamente el GLP, si así lo hemos seleccionado. Aunque, ahora en verano, siempre arranca en GLP.

Hay que tener en cuenta que el único bloque disponible con este kit es un gasolina de aspiración atmosférica, que cubica 1,6 litros y entrega 128 CV, así como un par máximo de 160 Nm. Y esto lo vamos a notar, sobre todo si decidimos circular con el GLP. 

En nuestra unidad de pruebas está acoplada a la caja de cambios manual de seis velocidades, aunque también se puede optar por la automática con convertidor de par y el mismo número de relaciones.

Ahora bien, aunque una gran ventaja de rodar con este coche en modo GLP es lo silencioso que resulta, por otro lado, vas a notar una aceleración menos viva y unas recuperaciones algo peores; sobre todo, cuando lleves engranadas las relaciones más altas. 

Le corresponde la etiqueta ECO de la DGT

¿Porque digo eso de con GLP “tira menos”? Tiene muy fácil explicación, el gas licuado de petróleo (GLP), tiene menos potencia calórica que la gasolina, por lo que para para poder igualar el motor cuando se alimenta por GLP a cuando lo hace por gasolina, ha de consumir más cantidad de GLP, lo que aumenta notablemente el consumo de GLP.

Además, no solo es el consumo, si no que el tiempo de respuesta del acelerador aumenta en GLP, es decir, si quieres hacer un adelantamiento en carretera, mejor usar gasolina y no el gas. Yo que vosotros dejaría el gas para ciudad, aunque consuma más, porque da la sensación de que en vez de un motor de 128 CV, tienes uno de 85 CV, por lo que esa sensación de pérdida de potencia se nota menos en ciudad.

Y… ¿Cómo se comporta?

En el aspecto dinámico también notaremos que hay cambios en el coche, ya que SsangYong ha trabajado en la suspensión y amortiguadores del Tivoli, adaptándose a la subida de peso, que recae sobre todo en la parte trasera (por el kit de GLP).

En ciudad es un coche cómodo. La postura de conducción permite una buena visibilidad del tráfico y la dirección en modo Confort (más blando que el Normal y el Sport) facilita las maniobras. Como el coche es bastante compacto, resulta fácil encontrar un hueco en el que meterlo.

En autovías es un coche fácil de llevar, sobre todo si lo llevas en gasolina (por la pérdida de potencia del GLP). Si decidimos circular con el gas, tendremos que tener cuidado al adelantar, ya que tendremos que bajar un par de marchas para llevar la aguja a la zona alta del cuenta vueltas. Aunque, a 120 km/h el motor gira a 3.000 rpm. 

La cosa cambia en carreteras reviradas. Esto se debe a que no le gusta demasiado los cambios rápidos de dirección, debido a que su centro de gravedad es más alto de lo normal. Esto, unido a la escasez de potencia en bajos, hace que subir un puerto como el de Navacerrada, haya que hacerlo en segunda y a cuatro mil revoluciones por minuto para que no pierdas potencia.

Viene más equipado que sus rivales

El precio del SsangYong Tivoli de GLP con el acabado tope de gama (Limited) parte de los 19.690 euros, con todos los descuentos aplicados y acogiéndose a las condiciones de la marca. Si lo comparamos con la versión de gasóleo equivalente (17.550 €), la versión con GLP es ligeramente más cara. Pero… esta diferencia de precio, se acaba amortizando gracias al bajo precio del GLP.

De serie, cuenta con un sistema de infoentretenimiento que se maneja a través de una pantalla táctil de 8,0 pulgadas, además, es compatible con Android Auto y Apple CarPlay.

También trae de fábrica la carrocería bitono, el pack de Seguridad Activa SsanYong, las llantas de aleación de 18 pulgadas con el diseño ‘Corte Diamante’ y diversos sistemas de ayudas a la conducción, como el control de velocidad de crucero, el sistema de alerta por cambio involuntario de carril y el asistente de frenada de emergencia automática, entre otros.

En cuanto a los sistemas de asistencia a la conducción, su funcionamiento es correcto y su manejo muy sencillo. Resulta especialmente llamativo que por este precio se cuente con sistema LKAS. Lo normal en esta horquilla de precios- incluso en modelos claramente más costosos no lo equipan- simplemente nos alerten de que estamos rebasando las líneas de la carretera, pero no actúan sobre la dirección como en el Tívoli, que, además, lo hace con bastante precisión y sin movimientos bruscos. Si programas este en el modo pronto, es capaz de mantenerte en el centro del carril incluso en una curva cerrada, lo que nos permite viajar con un mayor grado de confort y llegar al destino más descansados.

Los consumos no están mal, de ahí la amortización del sobrecoste

Al parar a repostar es donde vas a notar lo interesante de montar el kit de GLP. Y es que el kilo de gas licuado del petróleo siempre está a un precio por debajo de los 80 céntimos de euro; 73 céntimos, concretamente, en el mes de julio de 2019.

Esto quiere decir que, aunque el consumo medio en gas ronde entre 9 y 10 kilos cada 100 kilómetros, algo por encima de los entre 7 y 7,5 litros cada 100 kilómetros en ciclo mixto que he obtenido activando el modo de gasolina, vamos a ser capaces de sacarle una autonomía total al Tivoli de más de 1.000 kilómetros, correspondiendo unos 400 al GLP.

Los números no engañan y basta con sacar la calculadora para darnos cuenta de que la inversión de 1.750 euros, que hay que afrontar por el kit de GLP, se amortiza en un período corto. Este tiempo dependerá de si recurres más o menos al gas, repostando en alguna de las más de 600 estaciones de servicio que lo suministran.

Diseño
7
Motor
5
Comportamiento
7
Interior
7
Equipamiento
7
Consumo
7

Destacable

  • Buena relación calidad / precio
  • Diseño personalizable
  • Espacio interior
  • Autonomía

Mejorable

  • Escasez de fuerza en bajas
  • Pérdida de potencia cuando se circula con GLP